Centro de Investigaciones Marinas de Pontevedra

Concurso

Finalista

Fecha

2022

Convocado por

Consejo Superior de Investigaciones Científicas

Ágora azul se refiere al instituto de Investigaciones Marinas como centro de reunión, conocimiento e investigación relacionado con el mar. También al espacio de plaza propuesto que configurado por los diversos edificios es unificado por un porche azul. Este los enlaza, protege el paso entre ellos y enmarca las entradas a los mismos. 

La suave singularidad expresiva de la banda plegada que genera el porche se encaja y diluye en unos edificios de volúmenes sencillos y prismáticos cuya materialidad vidriada reflejará la vegetación, el cielo y el mar, mientras que simbólicamente aludirá a la luz, la pureza de la investigación en los laboratorios. 

El porche, en su abrazo a los volúmenes construidos se convierte simultáneamente en un elemento funcional y visual que hace reconocible la nueva sede del Instituto.

En la decisión de cómo fijar qué edificios pertenecen a cada fase ha sido determinante la idea de conseguir que en la Fase 1 quede definido el espacio de la plaza, auténtico corazón por el que se accede al conjunto, distribuye flujos, permite descansos al aire libre y da entrada a los edificios de la fase. Así, la imagen del nuevo Instituto de Investigaciones Marinas queda definida desde el principio y la construcción de la fase 2 prácticamente no afectará ni a esta ni al funcionamiento del mismo.

La arquitectura propuesta busca la ligereza. La sencillez. La inmaterialidad que produce el cambio de aspecto según el clima y los reflejos del cielo. También busca conseguir una escala humana en los espacios exteriores. Para conseguirlo se manipulan tres elementos: la vegetación, los prismas de vidrio que contienen el programa y la cinta revestida de cerámica azul que configura el porche, se macla con los volúmenes construidos y se dilata verticalmente para crear las entradas. 

Las fachadas buscan conseguir el máximo de luz natural al interior. Una luz controlable que se adecúe a la estación o la hora del día. El vidrio puede conseguir aunar ambos propósitos sin perder de vista la eficiencia energética.

Arquitectos Matos Castillo Arquitectos (Alberto M. Castillo, Beatriz Matos) + Néstor Montenegro Colaboradores Jaime Rodríguez-Vigil Zaballa, Alejandro García Infografías Jaime Rodríguez-Vigil

Ágora azul se refiere al instituto de Investigaciones Marinas como centro de reunión, conocimiento e investigación relacionado con el mar. También al espacio de plaza propuesto que configurado por los diversos edificios es unificado por un porche azul. Este los enlaza, protege el paso entre ellos y enmarca las entradas a los mismos. 

La suave singularidad expresiva de la banda plegada que genera el porche se encaja y diluye en unos edificios de volúmenes sencillos y prismáticos cuya materialidad vidriada reflejará la vegetación, el cielo y el mar, mientras que simbólicamente aludirá a la luz, la pureza de la investigación en los laboratorios. 

El porche, en su abrazo a los volúmenes construidos se convierte simultáneamente en un elemento funcional y visual que hace reconocible la nueva sede del Instituto.

En la decisión de cómo fijar qué edificios pertenecen a cada fase ha sido determinante la idea de conseguir que en la Fase 1 quede definido el espacio de la plaza, auténtico corazón por el que se accede al conjunto, distribuye flujos, permite descansos al aire libre y da entrada a los edificios de la fase. Así, la imagen del nuevo Instituto de Investigaciones Marinas queda definida desde el principio y la construcción de la fase 2 prácticamente no afectará ni a esta ni al funcionamiento del mismo.

La arquitectura propuesta busca la ligereza. La sencillez. La inmaterialidad que produce el cambio de aspecto según el clima y los reflejos del cielo. También busca conseguir una escala humana en los espacios exteriores. Para conseguirlo se manipulan tres elementos: la vegetación, los prismas de vidrio que contienen el programa y la cinta revestida de cerámica azul que configura el porche, se macla con los volúmenes construidos y se dilata verticalmente para crear las entradas. 

Las fachadas buscan conseguir el máximo de luz natural al interior. Una luz controlable que se adecúe a la estación o la hora del día. El vidrio puede conseguir aunar ambos propósitos sin perder de vista la eficiencia energética.

Arquitectos Matos Castillo Arquitectos (Alberto M. Castillo, Beatriz Matos) + Néstor Montenegro Colaboradores Jaime Rodríguez-Vigil Zaballa, Alejandro García Infografías Jaime Rodríguez-Vigil